¿Revolución en el campo? El ganado engorda gracias a la sombra
En Colombia, las vacas criadas bajo los árboles producen el doble de carne y leche, y de mejor calidad
Fuente: elpais.es - ISABELLE SCHAEFER
¿Sabía usted que la sombra de un árbol puede hacer más nutritiva la leche y la carne de res que consumen millones de latinoamericanos? Cientos de pequeños ganaderos colombianos parecen haber dado con una fórmula para producir más y mejor leche y carne vacuna, que es amable con los animales y con el medio ambiente.
No es una fórmula mágica sino muy “natural”: se trata de criar los animales no al aire libre, sino debajo de los árboles. Una vaca “de sombra” puede producir hasta el doble de leche o de carne que una vaca a campo abierto, dicen los expertos y lo ha comprobado directamente Olimpo Montes.
Este agricultor y ganadero de Alcalá, en el departamento del Valle del Cauca, oeste de Colombia, cría 176 vacas en su finca de 44 hectáreas. “El ganado cuando está en pleno sol sufre de algo que se llama estrés calórico”, explica Montes.
“Este estrés hace que las vacas no engorden todo lo que podrían, porque gastan mucho de lo que se come en quemar energía para enfriarse. Al estar un ganado bajo la sombra, no quema energía, entonces aprovecha todo lo que come”, agrega.
Afirma que mientras una vaca a campo abierto puede ganar hasta 10 kilos por mes, una de “sombra” puede llegar a 25 kilos adicionales cada 30 días de forma totalmente natural. Gracias a los árboles, también mejora la calidad del suelo y, en consecuencia “el pasto nutre muy bien el ganado”.
A lo largo de los años, Montes ha estado plantando entre 1.100 y 2.500 árboles por hectárea en las faldas de las colinas de su terreno. El objetivo a largo plazo es poder hacer un negocio con madera, pero “también se puede tener ganado por debajo.”
Montes y otros ganaderos reciben un incentivo financiero por hacer ganadería de sombra, también conocida como "silvopastoril", como parte de un proyecto conjunto entre la Federación Colombiana de Ganaderos, el Centro de investigación en sistemas sostenibles de producción agropecuaria, The Nature Conservancy y Fondo Acción. Recibe respaldo del Banco Mundial y del Fondo para el Medioambiente Mundial.
Hasta el primer semestre de 2013, cerca de 2.500 fincas estaban participando en el proyecto, 72% de las cuales son de pequeños ganaderos.
La relación entre ganadería y medio ambiente es obvia, a juzgar por las estadísticas. Un 30% del territorio colombiano se dedica a esta actividad, que produce más de 22 millones de bovinos a nivel nacional, según cifras del 2012 de la Federación Colombiana de Ganaderos. Y aunque la situación ha mejorado en los últimos años, todavía se pierden 148.000 hectáreas de bosque por año, buena parte de ellas para dedicarlas a la ganadería tradicional.
El propio Olimpo Montes ha visto mejorar el ambiente en su finca desde que comenzó a practicar la ganadería de sombra. Las colinas son verdes, el pasto se ve denso y largo y las vacas tienen mucho espacio para andar. También hay café - de sombra, por supuesto –, flores, vainilla, pimienta y otros cultivos.
“Había unos corredores de agua que no tenían agua porque estaban expuestos a pleno sol. Cuando se sembraron árboles todo cambió y hoy en día hay mucha agua en esta finca,” dice Montes con cierto orgullo.
Los expertos están tan convencidos de los beneficios de este tipo de iniciativas que aspiran a convertirlas en un modelo regional. “Creo que podrían ser replicados en una escala más grande para realmente transformar el sector ganadero en Colombia y más allá del país”, explica Carole Megevand, especialista del Banco Mundial en recursos naturales.
No es una fórmula mágica sino muy “natural”: se trata de criar los animales no al aire libre, sino debajo de los árboles. Una vaca “de sombra” puede producir hasta el doble de leche o de carne que una vaca a campo abierto, dicen los expertos y lo ha comprobado directamente Olimpo Montes.
Este agricultor y ganadero de Alcalá, en el departamento del Valle del Cauca, oeste de Colombia, cría 176 vacas en su finca de 44 hectáreas. “El ganado cuando está en pleno sol sufre de algo que se llama estrés calórico”, explica Montes.
“Este estrés hace que las vacas no engorden todo lo que podrían, porque gastan mucho de lo que se come en quemar energía para enfriarse. Al estar un ganado bajo la sombra, no quema energía, entonces aprovecha todo lo que come”, agrega.
Afirma que mientras una vaca a campo abierto puede ganar hasta 10 kilos por mes, una de “sombra” puede llegar a 25 kilos adicionales cada 30 días de forma totalmente natural. Gracias a los árboles, también mejora la calidad del suelo y, en consecuencia “el pasto nutre muy bien el ganado”.
A lo largo de los años, Montes ha estado plantando entre 1.100 y 2.500 árboles por hectárea en las faldas de las colinas de su terreno. El objetivo a largo plazo es poder hacer un negocio con madera, pero “también se puede tener ganado por debajo.”
Montes y otros ganaderos reciben un incentivo financiero por hacer ganadería de sombra, también conocida como "silvopastoril", como parte de un proyecto conjunto entre la Federación Colombiana de Ganaderos, el Centro de investigación en sistemas sostenibles de producción agropecuaria, The Nature Conservancy y Fondo Acción. Recibe respaldo del Banco Mundial y del Fondo para el Medioambiente Mundial.
Hasta el primer semestre de 2013, cerca de 2.500 fincas estaban participando en el proyecto, 72% de las cuales son de pequeños ganaderos.
La relación entre ganadería y medio ambiente es obvia, a juzgar por las estadísticas. Un 30% del territorio colombiano se dedica a esta actividad, que produce más de 22 millones de bovinos a nivel nacional, según cifras del 2012 de la Federación Colombiana de Ganaderos. Y aunque la situación ha mejorado en los últimos años, todavía se pierden 148.000 hectáreas de bosque por año, buena parte de ellas para dedicarlas a la ganadería tradicional.
El propio Olimpo Montes ha visto mejorar el ambiente en su finca desde que comenzó a practicar la ganadería de sombra. Las colinas son verdes, el pasto se ve denso y largo y las vacas tienen mucho espacio para andar. También hay café - de sombra, por supuesto –, flores, vainilla, pimienta y otros cultivos.
“Había unos corredores de agua que no tenían agua porque estaban expuestos a pleno sol. Cuando se sembraron árboles todo cambió y hoy en día hay mucha agua en esta finca,” dice Montes con cierto orgullo.
Los expertos están tan convencidos de los beneficios de este tipo de iniciativas que aspiran a convertirlas en un modelo regional. “Creo que podrían ser replicados en una escala más grande para realmente transformar el sector ganadero en Colombia y más allá del país”, explica Carole Megevand, especialista del Banco Mundial en recursos naturales.